About the Discography

Un Viejo Amor

Encyclopedic Discography of Cuban - USA

Cristóbal Díaz-Ayala

Este trabajo, que pretende narrar las relaciones discográficas entre dos países por más de un siglo, necesariamente se presenta en los dos idiomas de los mismos, inglés, por los Estados Unidos, y español por Cuba. Discografía no es, como define equivocadamente el diccionario de la Real Academia Española, “arte de impresionar y reproducir discos fonográficos”. !Qué horror! Me atrevería a definirlo, como el estudio y análisis histórico de todos los medios capaces de guardar y reproducir el sonido, y las consecuencias culturales de esos contenidos. Aprendí este oficio hace muchos años, de uno de mis profesores, Richard K. Spottswood, ayudándolo con mi modesto aporte, allá por fines de los 1990, en su monumental obra “Ethnic Music on Records - A Discography of Ethnic Recording Produced in the United States, 1893 to 1942” en 7 volúmenes, en la parte relativa al español.

Una discografía, en consecuencia, es el estudio y análisis de la recopilación del sonido conservado en discos u otros medios, de determinada época y o determinado país, y/o género musical y/o artefacto que conserva ese sonido. La que presento a ustedes, se trata nada menos, de la producida y/o vendida aproximadamente desde 1892 hasta 2000, básicamente, de música de compositores cubanos, y/o intérpretes cubanos, o de géneros musicales creados en Cuba, grabados en EU u otros países pero que se vendieron en EU. y o instrumentos musicales de origen cubano.

Nunca pensé, cuando comencé a localizar y acoplar el posible contenido, que éste fuera tan extenso. Es cierto que contaba ya con buena parte del mismo, que aparece en pantalla en mi discografía de la música cubana accesible gratuitamente en
Ya eso aporta unos cuantos miles de grabaciones, y agregando las nuevas descubiertas por nosotros, estamos hablando de más de 10,000 grabaciones originales, y con las copias hechas de cada una de ellas, hablamos de muchos millones...

Una discografía es siempre un trabajo inacabado; siempre aparece una grabación con la que no contábamos, o hay que corregir errores; no tenemos mucho descanso los discógrafos...

Y es, por supuesto, una tarea que necesita mucha ayuda de otros; en mi caso empieza en mi hogar, con mi esposa Marisa, cómplice en todos mis proyectos, mi hija también Marisa, sacándome continuamente de mis fallos con mi némesis, la computadora, traduciendo al inglés, y ambas aportando ideas y corrigiendo errores. También, el resto de la familia, mi difunto hijo Carlos, mi hijo Cristóbal, mis nietos y biznietos, a quien les he robado muchas horas, dedicadas a mis búsquedas...

Los amigos colaboradores son muchos, vivos y otros ya ausentes, que irán en una lista abierta en otra parte de esta obra, ya que no se cierra con esta publicación; Este no es un trabajo completo: Cuando se trata como en este caso, de reunir los datos de una grabación, que comprenden el título de la pieza grabada, lugar de la grabación, su intérprete y su biografía, su acompañante, autor de la composición, y otros posibles detalles, más errores cometidos, nunca se acaba. Espero que, a esta obra, como sucede como la Discografía de la Música Cubana de 1895 a 1960 en pantalla, que FIU mantiene al día, se le vaya agregando los nombres de los que aporten datos debidamente probados a esta nueva colección.

Para hacer un poco más amena la lectura, hemos dividido esta discografía en una serie de periodos, que el lector puede leer como una introducción a las interminables listas de grabaciones; les invitamos a su lectura:

PRIMER PERIODO-1898-1925.

Antes de que los Estados Unidos grabaran temas relativos a Cuba, hubo dos artistas cubanos que hicieron increíbles cantidades de grabaciones en los Estados Unidos de música operática. Vamos a hablar de ellos:

El honor de la primera grabación de una artista cubana corresponde a la cantante Rosalía “Chalía” Díaz de Herrera, nacida en La Habana el 17 de noviembre de 1864, quien comienza sus estudios musicales en esa ciudad y los continúa a partir de 1893 con el profesor cubano Emilio Agramonte en Nueva York; en 1894 debuta profesionalmente en esa ciudad, y en el Carnegie Hall en 1915. Más impresionante que su carrera teatral lo fue la discográfica, siendo una de las primeras sopranos que grabaron en Estados Unidos, y posiblemente la primera latina. Para la Víctor solo dos cantantes grabaron antes que ella. Grabó entre 1900 y 1903 por lo menos 43 selecciones cantando sola y en otras a dúo con los barítonos Samuel Holland Rous o con “Signor Francisco”, uno de los seudónimos usados por el barítono Emilio de Gogorza, del que hablaremos después. Pero Rosalía había grabado antes de hacerlo con la Víctor, 48 números en 1898-1900 para los cilindros Bettini. Era la época en que había que grabar cada cilindro individualmente, pues no existía una matriz de la cual sacar copias; o sea, un trabajo agotador. Entre estas grabaciones está la habanera Tú, de Ernesto Sánchez de Fuentes; esto hace que sea la primera grabación de música cubana hecha en el mundo. Además de sus grabaciones, para los sellos Víctor, Monarch y Zonophone, Rosalía hizo para la Columbia otras. Son en total unas 135.

Emilio de Gogorza nació en Brooklyn, New York, el 29 de mayo de 1892 y falleció en New York el 10 de mayo de 1949. Posiblemente sea el cantante operático que más grabaciones haya hecho. Su voz de barítono se escuchó en cientos de cilindros e igualmente después en discos; alcanzan fácilmente cerca de mil grabaciones, la mayoría de las cuales las hizo para la Víctor bajo varios nombres diferentes: como Emilio de Gogorza, Carlos Francisco y Herbert Goddard. Solo, y acompañando a veces a figuras como Enrico Caruso...Era misterioso, nunca actuó ante el público y se limitó a sus grabaciones y profesor de canto. Se dice que era tan miope que no podía desenvolverse en un escenario, y por otros, que padecía una enfermedad que le impedía caminar normalmente. Aunque no hay ninguna manifestación suya sobre su ciudadanía, siempre se le tuvo como de origen italiano o español; pero investigaciones hechas separadamente por dos musicógrafos, James Rodríguez y Jaime Jaramillo, en los archivos de inmigración de los Estados Unidos, prueban que su padre y posiblemente su madre habían nacido en Cuba, trasladándose muy temprano a los Estados Unidos. De acuerdo al derecho internacional, a pesar de su ciudadanía americana, por ser al menos su padre cubano, y por lo que se llama el derecho de sangre, puede considerarse cubano.

Sobre todo, en este primer período, las mujeres han tenido menos acceso a las grabaciones, especialmente las instrumentalistas. Por eso es bien notable el caso de Martha de la Torre. Nació en Camagüey, el 29 de julio de 1888. Comenzó sus estudios de violín con sus padres, que tenían un conservatorio en Camagüey, graduándose en el Real Conservatorio de Música de Bruselas, Bélgica. En 1912 se trasladó a los Estados Unidos, debutando en el Aeolian Hall en octubre de 1920. Ese año grabó también para la Edison. Los años 1924 y 1926 los pasó en España y Francia, ofreciendo en esta última cuarenta conciertos. Casada con el pianista colombiano Aníbal Valencia, fijó su residencia en los Estados Unidos. En la universidad de North Dakota, ya cumplidos los 80 años en septiembre de 1968, hizo su última presentación en público, dedicándose posteriormente a la enseñanza de piano y violín. Falleció en septiembre de 1990 a los 102 años. Muy posiblemente sea la solista de un instrumento, no norteamericana, que hay hecho grabaciones en toda la América...

Los comienzos de la relación disquera. La industria disquera acababa de nacer, en esa época, y por otra parte, la guerra que por su independencia mantenía Cuba contra España, era un tema muy importante para los Estados Unidos, por las relaciones comerciales que tenía con Cuba, y su interés en su futuro; y la industria disquera hace algo inaudito; usa a Búfalo Bill, una figura legendaria de su historia, para que grabe un cilindro con una alocución el 20 de abril de 1898 titulada “Sentiments on the Cuban question”. Es aparentemente, la primera mención a Cuba en una grabación.

Cal Stewart (1856-1919) era un cómico de vaudeville que creó un personaje llamado “Uncle Josh” que se hizo famoso, y grabó hacia 1896 cilindros con monólogos para los sellos Berliner y Edison, uno de los cuales se tituló “Uncle Josh on the Spanish question” (o sea, la guerra Cuba-España).

La explosión en la bahía de La Habana el 15 de febrero de 1898 del acorazado norteamericano “Maine” provoca la declaración de guerra de Estados Unidos a España. Y consecuentemente, producirá de parte de los Estados Unidos, de varias grabaciones que narrarán esa breve guerra, primero el episodio de la destrucción de la flota española por la norteamericana, el 3 de julio de 1898 y después, la toma de la ciudad de Santiago de Cuba por las tropas norteamericanas, con la ayuda indispensable del ejército cubano; son muchas grabaciones, que irán saliendo en toda esa década, en cilindros y discos... Títulos como “The Battle of Santiago” por el American quartet, Victor, 1902; el Peerless quartet (Victor 6641, 1908), el Haydn quartet,Victor 23106, u otros, con el título sencillamente de Santiago; O “The Battle of San Juan Hill” por el pianista Mike Bernard, Columbia 38466, 1912,o por el Peerless quartet, Victor B6041, 1908; Hasta los bugle calls de las trompetas de los Rough Riders, Columbia 638; Y siguen saliendo, hasta la década de 1930, discos sobre la explosión del Maine..

(Véase más adelante el anexo con la conferencia “Un viejo amor”.)

Otras grabaciones. La guerra en Cuba, aunque breve, fue bien aprovechada por la industria disquera; los eventos más importantes, como la batalla a la entrada de la Bahía de Santiago de Cuba, donde la flota norteamericana aniquiló a la española, fueron cubiertas en un ingenioso número, en que los marineros yanquis están desayunando, comienza el ataque español, y en menos de un minuto están los yanquis cantando victoriosamente... otros números cubren los sucesos en tierra de mayor importancia, como el ataque y toma de la loma de San Juan; hasta los toques de corneta que se usaron, se grabaron...

En el libro de Emilio Cueto, Cien barcos en la historia de Cuba (Ediciones Universal, 1918) aparece, con detalles, la historia del Maine y una increíble lista de 158 composiciones musicales norteamericanas que tienen el Maine como título o subtítulo.
Posiblemente salvo el hundimiento del Titanic, no hay otro navío que haya tenido más publicidad que el Maine; a continuación, veamos la lista de grabaciones que hemos encontrado que hablan sobre el Maine y su hundimiento:

1.-Cylinder “The Talking Machine” 4096 ca. 1896-1899 The Wreck of the Maine.

2.-Lp Starday SLP-213 “Soldier Sing me a Song”. The Sinking of the Maine.1963. 4/5/1931. Ridgewood. Maryland.

3.-Col. Cylinder 5316 1896-97 The Brave Crew of the Maine. Dan W. Quinn.

4.-Col. Cyinder 5320 1896-97 Remember the Maine.

5.-Col. Cylinder 5945 1896-97 Fate of the Battleship Maine. Don Hopkins.

6.Col. Cylinder 4154 1896-98 The Wreck of the Maine

7.-Edison Cyl 11/31/1916 60028 El Maine (Antonio Ma. Romeu) Orq. Herrera

8.-Mercury LP 207080 Ïntroducing Knob Lick Upper. 1963. Battleship Maine

9.-78”Col 6353 Remember the Maine William F. Denoy (Vaudevile performer) 10/2/1908

10.-78” Col 15586 D 10/16/1928 The Battleship Maine

11-78”Victor V-20-936. 8/12/1921 Battleship Maine (J.Patterson) Patterson Log Rollers.

String band with vocal chorus. Available at You tube.

Una consecuencia de la explosión del buque de guerra Maine en la bahía de La Habana, eran los escombros de dicho barco que quedaron estorbando en la bahía, y podían provocar accidentes, y en consecuencia los Estados Unidos asumieron los costos de eliminar dichos restos, proyecto que asumieron en 1911, una obra de ingeniería complicada, había que construir un muro alrededor de los restos, para por bombeo, eliminar el agua alrededor del barco, sacar los restos del mismo y llevarlos mar afuera, en un sitio sin peligros para la navegación, y hundirlos. Antes de hacerlo logicamente, se guardaron objetos y equipos que pudieron salvarse, que se llevaron a los Estados Unidos, y algunos de los cuales se depositaron y exhiben en museos norteamericanos en New York, Arlington, Annapolis, y Key West, Florida.

En su momento, la discografía cubana se limitó a narrar el momento de la eliminación de los restos: El trovador Floro Zorrilla graba en 1913 el disco Columbia C-2080 “La ataguía del Maine”de Ruiz y Veloz. La ataguía, según el diccionario de la Real Academia, es “macizo de tierra arcillosa u otro material impermeable para atajar el paso del agua durante la construcción de una obra hidráulica”; O sea, hacer un muro alrededor de los restos del barco, y extraer el agua, para poder trabajar en el mismo. El tenor Adolfo Colombo graba en octubre 3 de 1912 “El Maine”, Victor 63861; el trovador Floro Zorrilla graba en 1913 “La ataguía del Maine ”de Ruiz y Velez Col C-2680; y la orquesta de Felipe Valdés, el danzón “Cuidado con la ataguía” Co C2476, como grabado entre 1907-1909, lo que debe ser un error de fecha. Es de su inspiración, y posiblemente instrumental. No hemos escuchado ninguna de estas tres versiones.

En Cuba, en 1926, se erigió un monumento en La Habana, en el Vedado, frente al mar con dos columnas con un águila encima, y los bustos del presidente William Mc Kinley, a quien correspondió declarar la guerra a España; Leonardo Wood, primer interventor en la isla y Theodore Roosevelt, presidente. El 18 de enero de 1961, luego de la Revolución de Fidel Castro, se retira el águila, así como los bustos, y se incorporó la siguiente leyenda: “A las víctimas del Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba”

Obviamente, no hemos terminado con “El Maine” y su monumento, y en su momento, habrá que reconstruir el monumento a su realidad histórica. (ver la nota y reproducir las dos fotos)

El interés norteamericano sigue siendo evidente en este período hasta 1925 en que terminan las grabaciones mecánicas; por ejemplo, la canción “Cubanola glide” tendrá 18 grabaciones, y en total con las palabras claves Havana, Cuba, Santiago, etc., habrá en este periodo unas 110 grabaciones... Salvo las dedicadas a la guerra, las demás hacen referencia a Cuba, hasta las “sidewalks” o aceras de La Habana.

Pero lo que parece increíble, es la cantidad de grabaciones de música cubana que hacen los Estados Unidos en este periodo de grabaciones acústicas; es cierto que la guerra hispano cubana había creado colonias cubanas en varias ciudades norteamericanas como New York, Tampa, Key West y otras, pero Cuba comenzaba el siglo convaleciendo de una guerra; pero la ayuda económica norteamericana era grande, para ayudar a reconstruir el país; y confiando en que el país iría mejorando , las disqueras neoyorquinas fueron a Cuba a grabar...

Una discografía, siempre trae sorpresas, y espero que esta las tenga y grandes, para sus lectores. Que un país pequeño como Cuba, haya mantenido por más de 100 años una relación disquera tan llena de sorpresas con uno de los países más grandes del mundo, y que siempre ha sido el mayor de todos, en materia discográfica, creo que vale la pena echarle una ojeada...

En este periodo de 1898-1924 hay una primera etapa, hasta 1910 en que suceden dos hechos importantes; La fabricación de discos de cilindro va disminuyendo hasta desaparecer, el sonido de sus pequeñas bocinas no tiene el volumen de sonido que la mayor de los discos planos, y en 1910, el disco comienza a aparecer grabado por las dos caras, es una rebaja del precio en un 50%, que no puede resistir el cilindro...

En este primer periodo, la industria disquera norteamericana envía equipos portátiles a Cuba, para grabar matrices que se convertirán en discos, que después se distribuyen mundialmente pero especialmente en áreas como las que antes mencionamos con presencia cubana, y también claro está, a Cuba y otros países sudamericanos, especialmente México. Serán empresas grandes como Edison, Victor, Columbia y otras más pequeñas, las que hagan estas grabaciones, pero lo increíble es la cantidad de ellas realizadas: En el conteo que hice de las que aparecen en mi libro “Cuba canta y baila, Discografía de la música cubana, Volumen 1, 1898-1925”, encontramos 3,805, pero en investigaciones posteriores agregamos más grabaciones, y así aparecen en la discografía en pantalla, pero las del libro, que son menos, se clasifican de la siguiente manera:

Punto guajiro 343

Danzón 1165

Teatro Alhambra 826

Trovadores 746

Cant. líricos 320

Son 28 Varios 377

Total 3,805

Desde un punto de vista político, las grabaciones más interesantes son las de los trovadores campesinos. La mayoría de la población cubana, a principios del siglo XX, era analfabeta: su cartilla vocal, era el punto cubano, canciones en décima que narraban hechos históricos, o las realidades del momento: eran la radio (que todavía no existía) o el periódico que no podían leer... Y cuando fueron llamados al estudio de grabación, grabaron el mismo repertorio que hacían diariamente; elogios a los héroes de la patria, como en 1906, un cilindro Edison 18923. titulado “Al general Mayía Rodríguez”, de Antonio Morejón u otro dedicado a “Al apóstol José Martí” ... y ya entrando más en materia, “Alza la vista al Oriente”, también de 1906, en que se le pregunta al Gobierno interventor norteamericano en Cuba en aquello momentos, cuando cesará ésta.. o en otro titulado “Que le falta a Cuba” ... Otro trovador, Miguel Puertas Salgado graba en 1919 el disco Columbia Co3395, titulado “La misión de Mr. Crowder” un abogado y funcionario del gobierno norteamericano que por muchos años intervino en la política cubana bajo la presidencia de Zayas, desde 1918 en adelante; eran temas y opiniones políticas que llevadas a un periódico para publicarse, posiblemente hubieran sido rechazados, pero como venían de Estados Unidos, en un disco producido allí, se vendían sin ningún problema. En cuanto a las casas disqueras, tenían la política de editar todo lo que no fuera “dirty” o sea, sucio, pero no opiniones de tipo político, expresadas correctamente. Hay muchos discos de este tipo.

El grupo mayor de grabaciones, corresponde a los danzones, el baile nacional de Cuba. Un danzón clásico usa por lo menos cuatro melodías diferentes, en forma de rondó, así: ABACAD, siendo generalmente la melodía A, una creación nueva, pero usando para las otra tres, melodías procedentes de otros géneros musicales clásicos o populares de Europa, especialmente España; pero pronto comenzaron las danzoneras cubanas, a usar temas norteamericanos, mencionándolos a veces en el título, como Yakahula, (1917) de la orquesta cubana Columbia, Co 12oo, y “Contesta de Yakahula, C3148... La orquesta de Domingo Corbacho titula uno de sus danzones de 1911, Míster Charles...Y la de Félix González Co C3219 de 1919, graba El Ironbeer de Barrets, posiblemente un refresco que circuló en Cuba procedente de US... Igual que los norteamericanos, los cubanos no olvidan el Maine, y así en 1916, la orquesta de Herrera le dedica uno con ese nombre, Ed. 60028.

Los directores de las orquestas danzoneras, eran generalmente los autores de la mayoría de sus propias grabaciones. Y al parecer, estaban muy al tanto del acontecer cubano y hasta del norteamericano; así Enrique Peña aprovecha la presencia en la Habana en 1915 del boxeador campeón, Jack Johnson, y le dedica un danzón Co C-2947, con su nombre...Pero también en 1920, dedica un danzón a “Los Cubanos de Tampa” Co. C3860 y otro a Miami, “Ecos de Miami” (Co 3902.)

Con la necesidad que tenían los danzones de melodías diferentes, no es de extrañar que en alguno de los mil y pico grabados en este periodo, haya algunas melodías norteamericanas... Por su parte, el director Moreno nos recuerda en un danzón, el parque habanero bautizado con un nombre en inglés: Havana Park (Co C-4191. Para no ser menos, Enrique Peña escribe y graba con su orquesta, los danzones Recuerdo a Edison (Cil. Ed.18956), 1906; Moon dear Vi 62-308, 1909; Armanda (Chinatown) Co C-2970. 1910-15; otro a Jack Johnson (CoC2947 (1915) y hasta el presidente norteamericano resulta aludido en La sonrisa de Wilson (Co-C-3379, 1917-9). Y tenemos The good time (Co C-3464, 1917-19); Oh Johnny(sic) Co C-3299, y hasta llegando muy lejos, con Mariposas del Hawai... (Co-C-3217, ca 1918). Y no seguimos paro no cansarlos... O sea, es un deseo manifiesto de comunicar con los Estados Unidos...

En la discografía de la orquesta de Felipe Valdés, aparece un personaje nuevo en la historia de la música cubana: la mención de la mujer compositora: Aparecen cuatro números cuyo autor es Rosa Valdés, que suponemos sea hermana o esposa del director, Felipe Valdés. ¿Habrá alguna crónica de la época que comentase ese hecho? ¿Será la primera mención de una mujer compositora en la Discografía de la música cubana? ¿O será la primera mención de una mejor latinoamericana en un disco? La lógica también nos hace pensar, que en el caso de danzones que usaban en algunos de sus cuatro temas melodías cubanas, o canciones de otros países, especialmente Estados Unidos, es muy posible que el público bailador tararease o cantase esas canciones, estableciendo así un anticipo de lo que sería en su momento el danzón coreado en la orquesta de Arcaño, y luego establecido como una de las características del chachachá.

SEGUNDO PERIODO: 1925-1930: EL DISCO DE REPRODUCCIÓN ELÉCTRICA.

Desde la década anterior, la industria disquera había sentido fuertemente el impacto de la radio, además de crisis económica, pero el disco de reproducción eléctrica, con un sonido muy superior, le salvó del desastre.

Otro acontecimiento importante es que los estadounidenses tenían un extenso país, pero pocos colindantes a distancia razonable para pasar vacaciones, como sucedía a países europeos como Francia, Inglaterra, Alemania, España, Italia; A México las comunicaciones no eran muy buenas, sobre todo para llegar a Ciudad México, el destino más interesante; no había tampoco muchas atracciones en Canadá, y llegar a Europa en barco, era costoso en tiempo y dinero; pero gracias al ferrocarril, se podía llegar desde New York Chicago, y otros estados, a la Florida, con sus playas, y a finales de los 20’ el ferrocarril con una obra de ingeniería notable para aquella época, anunciaba en forma que aparentaba que el tren llegaba hasta La Havana, viajes de New York hasta dicha ciudad. En realidad, el tren llegaba hasta Cayo Hueso, y de allí un Ferry los llevaba hasta Cuba, y por carretera, a la Habana. Para esos tiempos también los Estados Unidos ponen en vigor la Ley seca, que prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en el país...Esto claro aumentó el tránsito de turistas hacia La Habana, donde podían beber alcohol a su gusto, y gozar de otros atractivos... Aunque a principios de los 2o’s, se derogó La Ley Seca, tanto la Florida y sobre todo La Havana, quedaron en la memoria del norteamericano...

En este periodo, seguirá habiendo canciones escritas en EU con temas cubanos, como por ejemplo el número titulado “When Yuba Plays the Rhumba on the Tuba” que alcanzó por lo menos 23 grabaciones diferentes. Los norteamericanos encontraron complicado toda la variedad de nombres que aparecía en las partituras de música cubana: habanera, son, canción, rumba, guaracha, rumba, bolero, etc. La palabra rumba se hacía difícil de pronunciar, pero agregándole una h, se hacía más fácil, y optaron cubrir con ese nombre, la mayor parte del repertorio cubano que empezaba a llegarles, mayormente del compositor cubano Ernesto Lecuona, que hábilmente colocó su música en el repertorio de una firma norteamericana importante, que además, casi siempre las rebautizaba con un título en inglés, además se buscaba un compositor norteamericano muchas veces importante, que hiciera los arreglos necesarios para hacer la letra en inglés, que no tenía que ser necesariamente, una traducción del español, y así era en la mayoría de los casos; “‘Para Vigo me voy”, una rumba, se convierte en “Say si si”; “Damisela encantadora”, un vals en “Is No Secret That I Love You”, “Andalucía”, un número instrumental, en “The Breeze and I”; y otro, “”Malagueña” en “At the Crossroads”; “La comparsa”, en “For want of a star”. Otros compositores se van agregando, así “Quiéreme mucho” de Gonzalo Roig, se convierte en un título muy corto: “Yours”, que en realidad corresponde fonéticamente, a la palabra “Cuando” que si aparece en la letra de la canción. A veces, la conversión es al revés: una canción de Lecuona, con otro nombre, cuando le piden una composición para una película que se llamará “You are Always in my Heart” se quedará después con su nombre en español, “Siempre en mi corazón”.

En períodos posteriores, otros compositores se van agregando, el más importante de todos, Osvaldo Farrés, que en el periodo que comienza en 193O, agregará varios títulos que fueron importantes en inglés” “Acércate más” como “Come Closer to Me”; “Tres palabras”, “Without You”, y una que logró conservar su título en español, traducido: “Quizás, quizás, quizás” en “Perhaps, Perhaps, Perhaps”.

Otros autores triunfaron con su título sin cambio, como Margarita Lecuona con “Tabú”, y también con “Babalú”; igual Moisés Simons con “Marta”. O Joseíto Fernández con “Guantanamera”.

Con otro autor que también conservó su título, comenzaremos el próximo periodo:

Moisés Simons, “El manisero” o “The Peanut Vendor”.

Cuando se incorporaron al catálogo norteamericano otros países, se siguió el mismo sistema, y así sucedió con la mexicana de Abel Domínguez “Vereda tropical” que se convirtió en “Havana for a Night” sin tener nada que ver con La Habana... y “Perfidia” en “Tonight”. Y de Agustín Lara, “Solamente una vez” en “You Belong to My Heart”.

La presencia del autor Lecuona en el ámbito musical norteamericano continuó en periodos posteriores, hasta finalizar el siglo, y continuó inclusive después de su muerte, en 1963, en Tenerife, Islas Canarias. Un importante investigador y escritor sobre la música latina, que fuera director por muchos años del museos de la Hispanic Society of America, Theodore S. Beardsley, publicó en 2008, la Discografía de Ernesto Lecuona ISBN-10 0-87535-160-3 y ISBN-13 978-1-56954-096-1.

Sorprendentemente, la discografía comprende 425 canciones del maestro que han aparecido en discos grabados en su mayoría, en los Estados Unidos. No creo haya muchos compositores norteamericanos que tengan tantas composiciones grabadas... Además, aunque muchas de esas composiciones tienen pocas versiones, no sucede así con otras, y como resultado hay un total de unas 4,439 versiones de esas 425 canciones... Algunas, tienen una sola versión, pero otras, tienen más de un centenar: por ejemplo, Malagueña, tiene 292 versiones.... Recuerden además, que esto cubre hasta 2008, en que se publica el libro...han transcurrido 10 años hasta la fecha en que estamos escribiendo, 2019, y aunque seguramente en cantidad menor, deben haber surgido más grabaciones de estos 425 títulos.

Esas grabaciones tienen que haber sido de 1,000 copias como mínimo, de cada uno de esos discos, y por supuesto, en el caso de canciones, interpretes, o sellos disqueros importantes, varios miles, estamos hablando de varios millones de discos....

Cristóbal Díaz-Ayala